viernes, 4 de diciembre de 2009

Problemática del transporte

Expertos en urbanismo analizaron las soluciones que se aplicaron con éxito en grandes ciudades del mundo y señalan cuáles podrian funcionar para aliviar los problemas del congestionamiento porteño. Algunas son costosas y a largo plazo, otras son de aplicación inmediata si hay buena gestión pública.
La problemática del transporte en metrópolis como Buenos Aires debe entenderse y abordarse desde una dimensión regonal que trascienda funcionalmente los límites administrativos de los diferentes distritos que la conforman. En este tipo de territorios, la brecha entre la oferta y la demanda tiende a agrandarse en la medida que nos alejamos del centro.
Buenos Aires cuenta con un alto número de servicios de transporte urbano de pasajeros y una extensa red vial, que moviliza a millones de pasajeros diariamente. Sin embargo, el sistema se encuentra saturado y la congestión vehicular tiene cada vez mayor impacto sobre la calidad de vida de la población.
La principal causa de la congestión vehicular es la desmesuradaparticipación del automóvil particular en el total de los viajes realizados, estimada en un 35%. Este modo de transporte contrasta fuertemente con otros, como el del colectivo, fundamentalmente por el consumo diferencial del espacio vial en relación con el número de personas efectivamente transportadas.
Susana Kralich, geógrafa y especialista en ransporte, destaca que 16 colectivos transportan la misma canidad de pasajeros que 800 automóviles. Sin embargo, las políticas implementadas en los últimos 40 años estimularon su incremento exponencial, en particular, en los años `70 y `90, cuando se puso énfasis en el tendido y prolongación e autopistas urbanas, a la vez que se continuaba y profundizaba el histórico proceso de desinversión ferroviaria.
Asimismo- agrega-, ante las pautas de ocupación residencial que en las últimas décadas llevaron a Buenos Aires a convertirse en una metrópolis extensa y difusa, de muy bajas densidades, la red de transporte público no tiene posibilidades de prestación eficiente. En ese marco, resulta imposible hoy pensar en una disminución rápida de la desmesurada participación del automóvil particular.
Arquitecto Guillermo Tella

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